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TOMA
Trece años después de este verde perder
no vaya a ser que llores, no, no.
Verás: amar no es esto, él lidia con su ancestro
sólo siente necesidad.
Conoce a los enfermos, miembro del averno,
tuerto rey de ciegos, genial;
¿cambiar a los demás? Narcisa, ¿dónde vas?,
¿te crees que un año de estos madurará?
Cuántas amenazas más de irte y no mirar atrás…
basta ya de salvas, de encoger las alas,
¿cuántas balas vas a encajar?
Me niego, yo no puedo ser un lego expuesto
en campana de cielo, sino fatal.
Primo sincero, primero primero, ingenuo lelo
el velo es lo que va a quedar.
Y aunque nunca dejes de tomar,
te prometo que me quedo.
Raro el rato que olvidar,
a pesar de tu recuerdo.
Desprecio tu barato gesto de eterno lamento,
¿en qué revista mala viste esa combinación de triste
y la cantidad exacta de drogadicción romantizada?
Dado el tamaño de tu ego en celo crees, creo,
que al chaval le falta garra, claro,
como si llevara años ya de drama en vano
sólo por ser un huevazos.
¿Acaso no encontraste lastre
en contrastar tu hombría ilustre
con la profecía de un pobre púber
que al traste traía huestes de hiel?
Verás qué guapo muere aquel chico.
Os parecéis bastante, es cómico,
hubiera estado bien decírselo.
Joder, merced: los tienes en vilo,
¿no hay nada que quieras hacer?
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